lunes, 19 de octubre de 2009

Panjim.

Al atardecer cientos de cornejas se congregan en los bancos de lodo del Mandovi River que la marea baja ha dejado al descubierto.
Ni siquiera el continuo estruendo del trafico a mis espaldas es capaz de apagar su griterio.
Comparten el espacio con las garcetas, que agazapadas como gatos, lanzan su pico sobre los peces atrapados en los charcos.
Perros vagabundos hocican en las bolsas del basura.
Mujeres, con el agua hasta las rodillas, recogen a mano moluscos o cangrejos.
Los pescadores repasan sus redes sentados en la arena.
Enormes barcazasa oxidadas navegan rio arriba, rio abajo.
El sol, primero gris, se vuelve de pronto rojo ardiente, y desciende a toda velocidad en el cielo, hasta desparecer por detras de las copas de arboles.
El horizonte parece estar siempre perpetuamente emborronado por la neblina.
Tanto trasiego de seres, tantas idas y venidas de bestias y de humanos... donde caben tantisimas vidas?
Me llama la atencion un parpadeo blanquecino en medio de un bancal.
Hay miles de pequenos cangrejos violinista moviendo sus pinzas en el aire, absortos en su danza de amor.
Un concierto mudo de violines en medio del estrepito mas absoluto.
Un mundo dentro de otro.
El cielo se ha vuelto gris.
Aparecen los primeros zorros voladores.

La India en todo el esplendor de su fascinante agobio.

Sugarglider, Panjim (Goa) 19/10/09

sábado, 17 de octubre de 2009

Diwali

Esta oscureciendo cuando salgo del hotel.
Hace un agobiante, cargado de humedad.
Por encima del bullicio del trafico, las cornejas se recogen a dormir.
Los zorros voladores sobrevuelan en silencio los tejados de Panaji.
Es el Tropico.
La ciudad esta adornada con las luces de Diwali, el Festival de las Luces, la fiesta que conmemora la victoria de Rama sobre el demonio Ravana.
Durante toda la semana, en los jardines, en los patios, en las calles, la gente ha estado fabricando esculturas de Ravana con papel viejo de periodico. A esta hora les estan dando los ultimos retoques. Pintandolas de colores, adornandolas con hojas de palmera, colocandoles sus horribles cabezas cornudas, con las bocas abiertas esenando los terribles colmillos.
Por todas partes habia demonios. Unos mas lujosos, tallados en gomaespuma, que movian los brazos accionados por cuerdas. Otros mas humildes, de paja, papel y madera. Pero cada barriada tenia el suyo, la musica sonaba a todo volumen y la gente bailaba y reia.
Al dar la media noche, la musica se para y los chicos se lanzan sobre Ravana. Lo tiran al suelo, le arrancan las piernas, lo muelen a golpes, y finalmente lo hacen arder entre el estruendo de los petardos.
Es Diwali. Todo el mundo se felicita. La musica comienza de nuevo.
Atizan la hogera donde se consumen los ultimos restos de Ravana, y arrojan algo mas de papel al fuego.
Los muchachos saltan riendo por encima de las llamas...
...las flores del hiperico, la noche de San Juan...,
...el calor sofocante de la India...
...otra religion, otra lengua, otro color de piel, otra forma de entender la vida y de vivirla... y un final de fiesta saltando sobre los rescoldos de una hoguera...
Somos hermanos, despues de todo.

Feliz Diwali.

Sugarglider, Panaji, Goa 17/10/09.

Goa.

-De donde eres, senor?
-De Espana.
-Y cual es tu nombre?
-Luis
Me tiende la mano mirando con seriedad por debajo de la visera de su gorra de militar.
-Anita.
Lleva un sari de color azul brillante y el pelo negro recogido en una coleta que le llega a cintura. La piel es muy oscura, la cara casi tapada por la visera de la gorra. Le brillan los ojos, y los dientes blancos en su sonrisa.
Es hermosa.
-Estas casado?
-Yo no. Y tu?
-Tengo un novio-responde sin mucha conviccion. De pronto parece timida.
No tiene mas de quince, a lo mejor, dieciseis anos.

-Llevo bonitas joyas, Senor. Para tu mujer.
-Te dije que no estoy casado.
-Pues para tu novia, para tu madre, para tu hermana.
-No gracias, no me interesa.
-Senor, es mi pequeno negocio, por favor, no me hagas llorar.
-No te voy a comprar nada.
-Un tatuaje de jenna, senor, mira-y de un bolsito naranja que lleva al hombro saca una libretita que tiene una foto de la Opera House de Sydney en la portada (tan lejos), y empieza a ensenarme los modelos, dibujados con boligrafo azul en los papeles cuadriculados. Hay un escorpion, el Yin y el Yan, flores, delfines, estrellas...
-Un tatuaje senor, cual te gusta? son solo ciento cincuenta rupias (2 euros) .
-Es mucho. No.-Ahora se a quien me recuerda. Es Kim. En nina.
-Por favor senor, cien rupias, solo cien rupias.
-Me voy en veinte minutos, no te da tiempo a hacermelo.
-Un minuto, senor, solo tardo un minuto. Por favor senor, es mi pequeno negocio.
Elijo el tridente de Shiva.
-Cien rupias, senor, solo tardo un minuto. Donde lo quieres?, aqui o aqui-dice senalandome alternativamente el antebrazo y el hombro.
Le muestro el brazo.
-Aqui.
-No, mejor en el hombro. Levanta la camisa senor.
Me la levanto.
-Oh, eres muy peludo-dice riendose-no, no, aqui no puedo, mejor aqui-y me vuelve a coger el brazo-sientate senor, es solo un minuto.
-Nos sentamos en la arena de la playa con las piernas cruzadas mientras ella extiende la jenna sobre la piel con un palillo. Esta nerviosa. Concentrada. Dibuja con habililidad.
Alrededor se congregan los curiosos. Dos perros duermen tendidos en la arena.
-Eres una gran dibujante.
-Gracias senor-responde con una sonrisa que brilla como el sol-ten cuidado no te manches.
Hago ademan de levantarme.
-Ahora comprame una joya, senor. Para tu hermana, para tu madre.
-No, ya me has hecho el tatuaje.
-Yo te las enseno, son muy bonitas senor. Luego tu me compras una. Mira.
Y empieza a sacarme collares y a extendermelos encima de la pierna. Los hay plateados, dorados, de cuentas de colores.
-Mira senor, son muy bonitos, comprame uno senor.
-No, no quiero un collar.
-Este senor-y me ensena uno de cuentas naranjas que tiene una especie de punta de punal-este. Solo trescientas cincuenta rupias.
-Trescientas cincuenta? Es mucho. No quiero ningun collar.
-Trescientas, senor.
-Cien.
-Noto que empieza a ponerse nerviosa. Ya no sonrie como antes.
-Doscientas, senor, por favor, es mi pequeno negocio.
-Cien.
Empieza a ser mujer, pero aun tiene cara de nina. Piel oscura. Ojos achinados. Kim. Kim en nina.
-Cien. Pero llevate dos. Este y este-me ensena otro igual de color azul.
-Para que quiero dos?.
-Para tu madre, para tu novia.
-No, solo este. Cien?
-Mira al suelo.
-Esta bien. Cien.

Saco tres billetes de cien rupias, doblados para que se vea uno solo y se los doy.
Se los guarda.
Me mira y me sonrie.
-Me he dado cuenta, senor. Gracias. Eres un buen hombre.
Se acercan otras mujeres.
Una lleva un bebe gordito de ojos curiosos.
-Tengo cuatro hijos- me dice.
-Eres una mujer afortunada.
Se rie.
-Gracias senor, pero son todo chicos. Me hubiera gustado tener alguna nina.

Son mayores que Anita, pero mas jovenes que yo.
Son bellas, pero una patina de vejez empieza a extenderse sobre sus rostros.
Me viene a la memoria el primero de Los Cuentos de las Colinas...
O el soneto LVI de Shakespeare...
Quien te pone su amor en negra tinta?

-Comprame una joya senor. A ella le has dado trescientas rupias. Yo tengo marido e hijos. Ella no tiene nada.
-Lo siento. No puedo daros mas dinero. Hay mucha gente en la playa. Ve a buscar otras personas.
-No hay nadie en la playa senor. Solo tu. Los demas son indios. Los indios no compran.

Sugarglider. Colva Beach. Goa. 15/10/09

lunes, 12 de octubre de 2009

Bocetos.

Hay un perro negro durmiendo en mitad de la calzada, cerca de la entrada del Prince of Wales Museum, y veinte metros mas adelante, una familia de indios acuclillados en el suelo: el padre, la madre y dos ninos pequenos.
Puedes pasar a cualquier hora del dia que alli estan, tan inamovibles como la Gateway of India.
Claro que a veces los indios estan comiendo, y otras echandose la siesta.
Incluso puede ser que encuentres que el hocico del perro, que antes apuntaba calle arriba, ahora lo haga calle abajo. Pero no sabes si ha sido el mismo perro el que ha cambiado de posicion, o es que alguien viene de vez en cuando y lo mueve.

A su alrededor la ciudad bulle frenetica, los ronquidos de los autobuses, los claxones de los coches, los timbres de las bicicletas, ruido, ruido, ruido y gente, gente, gente, siempre en movimiento, de arriba abajo, de abajo a arriba...
Me pregunto asombrado como no hay mas acidentes, como no he visto ningun atropello ni ningun choque entre vehiculos.

Me pregunto...

El perro, simplemente, suspira.

Sugarglider 12/10/09

Saalam Bombay.

Estoy perezoso para escribir.
Solo llevo tres dias en Mumbay, pero parece que sean muchos mas.

El viaje de ida resulto bastante ajetrado.
El avion que debia llevarme a Londres se retraso tres horas, asi que perdi el vuelo a Mumbay.
Tuve que hacer noche en Londres y, hasta la manana siguiente (esto de escribir en un teclado ingles, sin acentos ni letras n-oh Dios mio-resulta de lo mas fastidioso)... pues digo que, hasta la manan siguiente no pude tomar un avion que me llevara a la India.

Varias personas nos vimos en la misma situacion. Primero atrapados en Barajas, sin saber si ibamos a salir esa misma noche o no, y luego en el hotel, y buscando nuestro vuelo y nuestras maletas por los largos pasillos de Heathrow, compartiendo inconvenientes y encontrarndo, entre todos, la manera de reirnos de la situacion.

Habia una mujer india encantadora, que pasaria de los sesenta, pero aparentaba cincuenta, y un capitan del ejercito, alto y delgado, que sonreia siempre con simpatia. Y un matrimonio de Calcuta, con dos hijos nacidos en las Canarias que tenian acento de Las Palmas.
Habia tambien un catalan, que no sabia nada de ingles pero al que no le importaba explicarle a todo el mundo en castellano (le entendieran o no) que iba a Kuwait a trabajar en la construccion de un aereopuerto. Era carpintero del aluminio y hablaba de su trabajo con pasion, pero miraba para dentro. Sus ojos no pasaban nunca mas alla de los cristales de sus gafas y detras de sus pupilas se veian reflejados los armazones metalicos, las vigas y el brillo de las chispas del grupo de soldadura.
Y habia tambien un hombre de negocios que tenia una reunion en Port Moresby (a la que supongo que jamas llego), que sonreia al hablar, y miraba siempre hacia afuera, con calidez, pero con tristeza.

Al final salimos a las once de la manana del jueves y llegamos a Mumbay a las doce y media de la noche.
El taxi del Hotel estaba esperando en el aereopuerto como habiamos acordado, y me condujo a toda velocidad por las oscuras callejuelas de la ciudad.
Los viejos edificios coloniales, con las fachadas roidas por el tiempo y la humedad, los modernos rascacielos brillando contra el cielo, las casuchas de los pobres, gente durmiendo por la calle, grupos de perros hurgando en los montones de basura y dos vacas husmeando pensativas el asfalto.

Cuando, por fin llegue a la habitacion del hotel eran ya las dos de la madrugada.
Habia salido de un extremo del mundo a las o0nce de la manana y llegado al otro a las doce de la noche despues de solo ocho horas de viaje.
Donde estan las cinco horas que me faltan?
Creo que las devuelven a la vuelta.

(Claro, tampoco hay signo de inico de interrogacion)

Sugarglider 11/10/09