Melancolía que no es melancolía, soledad que no es soledad; felicidad?, no estoy seguro.Sólo se que estoy a gusto en Australia.
Pero es que es raro.
Esta mañana pensaba que Sydney es como estar en Europa o en Estados Unidos, que es como estar muy cerca de casa, que no soy consciente de estar en otro hemisferio, a pesar de que el agua gire al revés en el sumidero y de que por las noches haya que ponerse un cinturón que te ate a la cama y evite que amanezcas pegado al techo.
Estoy convencido de marcharme de Sydey a Brisbane y comenzar a subir a Queensland el miércoles.
Luego me voy al Taroonga Zoo y una surcoreana me propone ir el sábado a las Blue Mountains y a un concierto en el Opera House.Y acabamos sentados el Royal Botanic Garden, viendo el atardecer mientras las cacatúas pasan volando y gritando sobre nosotros a pocos centímetros de nuestras cabezas, los ibis rebuscan gusanillos en la hierba a nuestros pies y, de las ramas de los arboles nos llega el parloteo de los zorros voladores.
Y luego me quedo solo, con la opera en frente, mientras la oscuridad va cayendo.Y veo pasar los cormoranes y a las parejas cogidas de la mano.Y de los arboles me llegan cantos desconocidos de aves extrañas.Y los zorros voladores se descuelgan de sus ramas y echan a volar gritando sobre el edificio de la opera. Y en el cielo creo por un momento recocer el rabo de la osa mayor, y cuando lo sigo caigo en la cuenta de que es otra constelación totalmente distinta, que no reconozco.
Como cuando ves a una persona de espaldas, y crees que es la chica de la que estas enamorado, pero luego se vuelve y no se parecen en nada.
Pero no, no es exactamente igual, por que la chica que se vuelve siempre te parece fea, por guapa que sea, y esta constelación no era fea; era solo diferente.
Y entonces pienso, Dios, donde diablos estoy, que lugar es este tan extraño.Y siento la misma sensación que, no es desagradable, pero si inquietante por que no la se explicar. Y me pregunto por que me comporto de una forma tan extraña, haciendo cosa que no suelo hacer, como ponerme a hablar en ingles con una surcoreana y entender la mayoría de las cosas que me dice.
Y me pregunto por que quiero seguir comportandome de esta forma extraña.Y si no merece la pena esperar aun una semana para ir a Brisbane.
Total, como si no voy nunca, que mas da, lo importante, lo que me parece importante ahora es hacer solo lo que me venga en gana, sin ponerme metas, dejarme llevar por el derivar de la vida sin hacer nada, como una rama arrastrada por la corriente y ver a donde me lleva y que cosas me puede ofrecer.
No sé.
Sera Oz?. Seré yo?. Sera el llevar tanto tiempo boca abajo?.
Hoy en el Taroonga he visto los primeros kukaburras, no enjaulados, si no en libertad, volando de un lado para otro.Y sabes?, no han parado de reírse en todo el día.
Sydney, 2001.
(c) Sugarglider
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